Demasiado Revueltos en Quality

Simon Templar
19 nov 2015
2 Min. de lectura

Pocas rastas y mucha gente... podría parecer una imagen extraña para un show de reggae en Córdoba City, pero Demasiado Revueltos llegó determinado a inflamar de vibras positivas a la gran sala de Espacio Quality, abriendo la noche para los británicos UB40.

Lo que no sorprende, a estas alturas, es la lucha constante de las bandas cordobesas de reggae para abrirse mayor espacio en la escena local; cualitativamente vienen demostrando su poderío desde hace muchísimo tiempo, pero la llegada al gran público es aún materia pendiente, y la presencia de Demasiado Revueltos, como estandarte de toda esta movida, en un show del calibre de UB40 es un hito remarcable.

Con veintidós años a sus espaldas, los Revueltos son una de las bandas con mayor historia y experiencia en el sonido reggae argentino, y su aproximación al roots conmueve por la sapiencia y la desenvoltura que esa experiencia les permite demostrar. Enfrentar a un público nuevo, y que no necesariamente conoce los guiños del palo, es siempre una prueba exigente, y la banda demostró en esas circunstancias el fuego sagrado de los grandes.

La soberbia formación de nueve artistas condujo el set a un alto nivel de musical, bastando el primer tema para que Quality, con unas quinientas personas ya en ese momento, entendiera el mensaje y se abandonara al ritmo. Demasiado Revueltos basa su poderío en un mix intenso de vientos más percusión que le dan su aura característica, en constante interacción con una punzante guitarra, sobrevolando el accionar de teclas que sostienen la estructura sin invadir. Sobre esa sólida plataforma Pollo Tfangche arenga con movimiento constante y letras que hablan de resistencia y esperanza: el mensaje universal de la música conectando a una audiencia que escuchó con atención y se enganchó con palmas y aplausos.

Demasiado Revueltos desplegó seis temas del más puro y fino roots, con espesos momentos de dub, brillando toda su extensa formación, pese a las limitaciones de potencia a la que fueron somentidos por su condición de banda soporte. El público terminó ignorando este detalle, y abandonó cuerpo y alma a la inmensa vibración de estos puntales del reggae autóctono.