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#LOBO ESTÁS?

  • Débora Brizuela / Córdoba Roots
  • 30 mar 2017
  • 9 Min. de lectura

El viernes 24 de marzo 2017, 990 ARTE CLUB fue nuevamente la sede de “El Club del Lobo”, una propuesta musical diferente, creada por Hugo Lobo.

El creador y trompetista de Dancing Mood, arreglista, compositor, hombre de radio, padre, profesor, artista y productor independiente, además de regalarnos una noche llena de reggae y ska, nos brindó parte de su genialidad a través de esta entrevista.

D.B: ¿Qué es lo que va a pasar esta noche?

►H.L: Bueno, estoy despidiendo mi 2do disco, que lo presenté acá una vez, es la 6ta o 7ma vez que vengo a hacer esta movida. Muy contento porque Córdoba y Mendoza fueron los dos primeros lugares donde empecé a hacer esta movida solista, y ya estoy grabando un par de temas nuevos, así que estoy terminando de girar con este disco que ya lo llevé por todos lados en vivo, porque a las producciones independientes hay que laburarlas en vivo. Giré por todo el país, por Centroamérica y ahora estoy en el cierre de este disco para empezar a tocar el material nuevo.

►En este momento en el que estás con temas nuevos

¿en que te inspiras para componer y para decir cosas sin palabras, siempre a través de instrumentos?

En cosas que me van pasando, artísticamente hablando. Trato de explayarme musicalmente un poco con eso, con las cosas que están pasando hoy en día también. Al hacer música instrumental, a veces es difícil transmitir eso, pero con el título de una canción y con la música también, se puede llegar a entender o a descifrar. Es una música que me costó la mitad de mi vida y la mitad de mi carrera que se entienda, es difícil que la gente asimile la música instrumental. Hoy en día es algo más normal, pero hace 15 años atrás era algo que bordeaba lo ridículo para la gente, que se aburría en vez de divertirse. Es algo que costó mucho tiempo, tanto con Dancing Mood como solista. Pero de eso se trata, de un montón de cosas vividas que son las que trato de explayar instrumentalmente.

►Y en ese sentido

¿cómo ves la recepción por parte del público?, ¿es lo qué esperás que el público reciba?

El público cambió mucho generacionalmente hablando. Cuando yo era adolescente estaba mal visto escuchar un estilo de música y otro; los que escuchábamos ska nos rapábamos la cabeza, nos poníamos tiradores, y no te podían gustar los Carpenter. Estaba muy marcado, a los pibes que les gustaba el metal, escuchaban solo metal, a los pocos que les gustaba el reggae, no les gustaba otra cosa. Estaba bien marcado y bien definido. Pero desde hace unos 15 años fue más normal ir a la casa de un pibe y encontrar un disco de Los Redondos o uno de los Rolling Stones y uno de Bob Marley. Y eso fue abriendo el campo musicalmente hablando, tanto para el público como para el que está grabando también. Nosotros empezamos a hacer música instrumental en el fin de las tribus rockeras, de hecho en la época que empezamos con Dancing Mood, que fue en el ´99, todavía el público de ska era ska, y si vos hacías un tema de los Carpenter en versión ska eras un maricón. Entonces hubo que pelear contra eso. Yo tuve la suerte de tener un padre músico y desde chico pude convivir con diversidad de estilos en mi casa, de haber estudiado música desde chico y saber que a la música hay que conocerla toda, y si querés tocar la trompeta haciendo solamente ska, te vas a cagar de hambre. Uno siendo músico y preparándose para eso, te pueden llamar de una obra flamenca, de una banda de cumbia o de una sinfónica y te tiene que gustar para tocar eso, sino estás en una carrera equivocada. Y a un montón de pibes les fue pasando eso y cambió una bocha, entonces hoy haces algo instrumental y la gente lo escucha. En otro momento la gente esperaba en qué número de canción entraba el cantante.

Además se añade la fusión de estilos que fueron generando a la vez nuevos estilos…

Sí, eso también. Hace unos años se sumó la música balcánica también, la cumbia dub que es instrumental, el reggae dub que también es instrumental, ahora es aceptado, pero al principio fue difícil.

►En este momento, ya que hay lugares que tienen sus estilos distintivos y suele ser difícil entrar, ¿cómo ves al reggae en Córdoba?

Córdoba es un lugar que siempre fue fuerte en ese sentido, en los últimos años han surgido muchísimas bandas de reggae y cada vez mejores, hemos tocado en Córdoba y en el interior y siempre presté atención a eso y he compartido escenario con un montón de bandas. Al principio eran pocas, pero ahora hay un montón y cada vez hay mejor calidad de músicos, y más últimamente. Hay pibes que tocan muy bien y tienen una banda de reggae y laburan con el cuarteto, y ese tipo de fusiones hacen a la música. El músico que tiene la cabeza abierta, lleva eso a su banda y se nota profesionalmente. Y Córdoba es uno de los ejemplos, junto con Rosario, donde yo veo que se está haciendo música de esa calidad.

►Cuando vas a tocar a una ciudad o a un pueblo, te gusta compartir escenario con músicos locales, ¿cómo se vive ese intercambio?

Para mí tiene que ser así, cada artista que va a un lugar tiene que tocar con músicos locales. Yo vengo del under, pertenezco al under, y tuve la suerte de tocar con bandas que estaban en otros escalones y eso ayuda un montón. Yo al under y a los artistas del under les tengo mucho respeto, y creo que a todos se nos hubiese hecho mucho más fácil si hay alguien que está un poco más arriba y te da una mano, aprovechar la cantidad de gente que a uno lo sigue y darle la oportunidad a nuevos músicos de ser escuchados. Todos deberían tener la posibilidad de tocar en un escenario y que la gente los escuche. Yo siempre trato de darle una mano a las bandas que vienen y que tengan su oportunidad. Hay muchas trabas, sobre todo con las leyes de la música, pero hasta que no nos pongamos todos de acuerdo, se hace un poco difícil para muchos. Tocar con músicos locales, ayuda a generar trabajo también. Córdoba tiene un circuito más armado, pero hay lugares como Santiago, Tucumán, Tandil, Miramar, Necochea, que en mayo están totalmente desiertos.

►Recién contabas que estás cerrando la presentación de tu segundo disco solista, además estás componiendo, produciendo, colaborando con bandas, estás con Dancing Mood, ¿te queda algo por hacer?

(Risas) Un montón de cosas me quedan, que las voy haciendo en el momento, hago lo que me gusta y me puedo dar el lujo de hacerlo íntegramente. Uno debe hacer cosas paralelamente, porque no se puede vivir solo de una banda, entonces hay que rebuscárselas de alguna manera. Tengo la suerte de ir haciendo lo que me gusta, que no es poco, con la música que me gusta, produciendo los discos yo, editándolos yo, de forma independiente. Uno tiene un poco más el control haciendo las cosas de esa manera, sino sería imposible.

►Hablando de ser independiente, ¿cómo ves el circuito under de Córdoba en cuanto a la producción de su propia música?

Yo creo que difícil era antes, que estabas 5 años juntando plata para meterte a un estudio para grabar un demo. Hoy en día cualquiera que tenga una computadora, una placa medio pelo y un micrófono, puede grabar un disco; podés grabar un ensayo y subirlo a youtube. Hoy te escucha un montón de gente por las redes sociales. Antes tenías que golpear la puerta de la radio con un cassette rogando para que te escuchen, o escribir una carta a un fanzine y esperar 3 meses a que te manden una respuesta. Ahora es todo más fácil, yo creo que el under se convirtió en lo normal. El under es una elección y ser independiente es una elección; vos podés tener una empresa siendo independiente. Ser independiente no significa ser descuidado, sino todo lo contrario, es mucha responsabilidad. A mí me toca ser casi el presidente de una empresa; yo tengo una banda que es Dancing Mood, que somos 24 personas, que es una cooperativa con 24 familias atrás, y cada vez que tocás se factura y te cae la AFIP y tenés que ser Responsable Inscripto. Por eso hay que tener cuidado cuando los pibes quieren encarar una movida independiente, se te puede ir de las manos muy rápidamente si sobrepasa tus expectativas. Una cosa es tocar para 100 personas y otra muy diferente es tocar en el Luna Park siendo independiente. Uno tiene que estudiar y estar preparado, con disciplina y responsabilidad, que es muchísimo mayor que la de estar con una compañía con la que podés estar tirado en pedo y drogado, y sólo vas a tocar. Uno tiene que ser fuerte al tomar la decisión de ser independiente, porque detrás de eso hay una ideología y una forma de vida.

►Sabemos que combinas tu trabajo artístico con tu compromiso social, y hace un tiempo formaste “Vamos los Pibes”, una orquesta para chicos en situación de vulnerabilidad, ¿cómo se trabaja y se vive ese compromiso?

Esa es una de las cosas que más me reconforta en esta etapa de mi vida y que más me gusta hacer. Tener la suerte de tocar en bandas muy conocidas me dio esa posibilidad. Hay muchos artistas que no tienen compromiso con nada, y yo creo que hay que devolverle a la sociedad la suerte que vos tuviste. Hay gente que gana muchísima plata, y yo no gano muchísima plata y no me costó nada más que tiempo y ganas poner un comedor infantil con una orquesta. Nunca quise subsidios de ningún gobierno, porque nunca fui tan iluso, y hay que saber que los gobiernos no son eternos, ¿qué hacemos con todos esos pibes cuando viene otro gobierno? Lo que pasó con muchos proyectos de orquestas que había, que dejaron a 50 mil pibitos en la calle, sin comida y sin los instrumentos. Los que enseñan música no deben dejar que eso pase, porque se termina. En ese sentido también opté por ser independiente, para que ante cualquier cosa que pase, sigamos teniendo los instrumentos, el espacio y demás para que vayan los pibes, y ante la situación de mierda que estamos viviendo hoy, los pibes no lo tengan que padecer, y podamos seguir teniendo la escuela y el merendero con toda la gente que nos ayuda, que trae galletitas o que dona un instrumento. Nosotros trabajamos con pibes de entre 6 y 13 años, nos traen pibes con problemas de conducta, problemas de aprendizaje, que estaban en la esquina drogándose y hemos logrado que se interesen por la música y cuando terminan el colegio puedan tener la posibilidad de entrar a un conservatorio. No hay mayor orgullo ni cosa más reconfortante para los que amamos la música que hacer cosas como esta, justamente a través de la música. Y no hay músicos consagrados que hagan esto, el único caso que conozco el de Ricardo Iorio, que aunque lo tildan de facho y que a veces dice algo coherente, el tipo mantiene 4 comedores y no anda en la tele diciéndolo.

¿Levantas alguna bandera, te pones alguna camiseta?

Muchas, todas por la misma línea. Pero a todo le encuentro siempre algo que no me termina de gustar, entonces no me la pongo del todo. No estoy para nada de acuerdo con este gobierno, sí con el anterior; pero también veo realidades y no compro las realidades que me venden. En mi generación nacimos en el fin de la dictadura, no teníamos líderes políticos y nos agarrábamos de la música. A las ideologías yo las saqué de Rubén Blades, de Galeano, del Ska, del mensaje social que tiene la música que yo hago, no de líderes políticos. Es un ejemplo de una generación que veníamos de un aniquilamiento de esos ideales, nos metían miedo, nos mataron, los pibes de mi generación estábamos en otra búsqueda, ahora los pibes están en una movida más pensante.

¿Qué es lo que se viene, cuáles son tus futuros proyectos?

Por suerte estoy a full, esta semana acabo de terminar el disco nuevo de Dancing Mood, que lo presentaremos en Junio; estoy trabajando solista pero con artistas de afuera, y me estoy yendo en unos días a Londres a un festival de ska que se llama “London Ska Festival”, el festival más grande de ska que hay en el mundo. Son todas bandas europeas y me invitaron a tocar con este formato, con músicos de allá. Es un sueño increíble que estoy por cumplir. Cuando vuelva, ya va a estar el disco de Dancing en la calle, giramos para presentarlo, y sigo girando con mi movida solista por todo el país. Para Julio me voy a Centroamérica de nuevo, andaré por Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, México. Y cuando vuelva se viene la presentación grande del disco de Dancing en Buenos Aires. Así que se viene un año bastante agitado.

Con todo esto que estás viviendo y lo que está por venir

¿cuál es el mensaje que quisieras dejar?

Esto que estoy haciendo, que cuando un músico tiene la suerte de estar en otro plano o en otro lugar, no se olvide de los que la pelean al lado de uno, no olvidarse nunca de donde uno viene. Más aún para aquellos pibes que están empezando con una banda, que más que nada se planteen, ¿qué están haciendo?, ¿por qué?, ¿para crecer en una banda?, ¿para cogerse minas?, ¿para salir en la tapa de una revista?, ¿para ser famosos?, o para hacer lo que sienten y tratar de dejar un mensaje. Pensar en eso principalmente y también en la colaboración entre músicos, generar trabajo, apoyarse entre músicos es el mensaje que yo quiero dejar.

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Nota: Débora Brizuela (corresponsal Córdoba Roots)

Fotografía: Freestyle Imágen y Diseño

Lugar: 990 Arte Club

Dia: Viernes 24 de Marzo 2017


 
 
 

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